28 mar 2014

La Guardia Civil, celebra su 170 aniversario.


La creación de la Guardia Civil, se produjo durante el reinado de Isabel II y fue impulsada por el gobierno de González Bravo, el motivo era la necesidad que tenía el Estado de disponer de una fuerza de seguridad pública para abarcar todo el territorio y hacer frente a la situación de inseguridad generada por el bandolerismo que azotaba los caminos y campos del país.

La creación, tuvo lugar a través de los decretos de 28 de marzo y de 13 de mayo de 1844, que configuraron un Cuerpo de seguridad pública de naturaleza militar, dependiente del Ministerio de la Gobernación en lo referente al servicio y del de la Guerra en cuanto a su organización, disciplina, personal, material y percibo de haberes, centralizándose, con una gran autonomía organizativa, en la Dirección General (o Inspección General, según las épocas).

Para su organización fue designado Francisco Javier Girón y Ezpeleta, Duque de Ahumada, profundo conocedor de la realidad española y heredero del primer proyecto de seguridad de ámbito nacional concebido en 1824 por su padre, el marqués de las Amarillas. Tomando como ejemplo la Gendarmeria francesa y los Mossos de Escuadra, dotó a la nueva fuerza de una severa reglamentación y de la famosa Cartilla, documento que diseñó la idiosincrasia del guardia civil: fuerte disciplina, capacidad de sacrificio, espíritu benemérito y lealtad, características que le permitieron una gran eficacia en la realización de las funciones que le fueron encomendadas, lo que contribuyó a que los distintos gobiernos depositasen en esta fuerza su simpatía, consolidándola primero, implantándola en las colonias de Ultramar y desde 1874 hasta 1940 otorgándole el monopolio del orden público.


Además, consiguió muy pronto el respeto y admiración del pueblo español, pasando a denominarla con el sobrenombre de Benemérita (título que se hizo oficial a partir de la OG de 4 de octubre de 1929).

Ahumada la distribuyó en doce tercios peninsulares y uno insular, no llegando a Canarias hasta julio de 1898. Esta expansión se produjo a través de etapas que abarcaron el ámbito provincial (cubierto en 1846), de partido (1851) y municipal (ya en el siglo XX), y partiendo del centro del Estado en grandes líneas que seguían las vías de comunicación.

Su unidad básica es el Puesto y de ahí, en orden ascendente, están las Líneas, Compañías, Comandancias (unidad con rango provincial), Tercios y Zonas (éstas a partir de la RO de 20 de mayo de 1926). Aumentando también sus efectivos, que en 60 años pasaron de los 3250 a los 19000.

El servicio se realizaba bajo la dependencia de las autoridades civiles, salvo en caso de guerra o de grave peligro del orden público, en que lo hacía bajo el mando del Ejército. Esta doble dependencia, fue causa de conflictos desde el momento de su creación. La reforma de 1 de julio de 1871 reforzó la naturaleza castrense del Cuerpo y consolidó la Comandancia como aliado intermedio entre la Dirección General y el Puesto, en detrimento de los Tercios.

Durante la I República se intentó cambiar la dependencia dual por la exclusiva del Ministerio de la Gobernación (Circular de 1 5-lV-1873), pero no sólo no prosperó, sino que con la llegada de la Restauración se produjo un reforzamiento de la Administración militar que llevó a la Guardia Civil a integrarse por vez primera en el Ejército (leyes de 29-XI- 1878,19-VII- 1889), lo que ratificó el general Franco a poco de finalizar la Guerra Civil (Ley de 15-3- 1940).

Este carácter de fuerza armada de facción permanente otorgó a la Guardia Civil una gran autonomía en el ejercicio de sus funciones, pero también dio pie a que en 1931 algunas fuerzas de la izquierda radical solicitaron su disolución. Finalmente ésta no se llevaría a cabo, pero durante la II República la Guardia Civil fue segregada del Ministerio de la Guerra, integrándose en el Ministerio de la Gobernación. Al comenzar la guerra civil, el Cuerpo fue convertido en Guardia Nacional Republicana (Decreto de 30-8-1936).

Tras la contienda civil, la Guardia Civil absorbió las funciones del Cuerpo de Carabineros (Ley de 15-3- 1940), a la vez que se fortalecía la influencia del Ejército con la creación del Estado Mayor. Con la llegada de la democracia, se les dotó de un nuevo ordenamiento, acorde con la Constitución (Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de -2-1986).

El Cuerpo fue creado con la misión de proteger a “las personas y propiedades dentro y fuera de las poblaciones” y abarcó siempre todas las funciones relativas a la conservación del orden público. A medida que su eficacia se iba poniendo de manifiesto, se producía una progresiva asunción de competencias.

El servicio se realizaba por “parejas”, instituido en su Cartilla, estas eran las encargadas de recorrer y vigilar la demarcación de su Puesto a partir de un exhaustivo conocimiento del terreno y de sus gentes. También desde un primer momento la Guardia Civil se dedicó a la vigilancia de los caminos, adaptando su actuación a la evolución de los tiempos, tanto que la masiva irrupción del automóvil en las carreteras españolas exigió una respuesta organizativa que se materializó con la creación de la Agrupación de Tráfico en el año 1959, especialidad pionera de muchas otras que hoy tiene este Cuerpo para la protección y ayuda de población y medio ambiente.

A lo largo de su historia, el Cuerpo ha prestado importantes servicios en la lucha contra la delincuencia. Así lo demuestra el hecho de haber acabado con el bandolerismo, el anarquismo de la mano negra, el anarquismo urbano, el fenómeno del maquis de la postguerra y haber cosechado notables éxitos contra el terrorismo. Junto a esto, la Guardia Civil presta en la actualidad importantes servicios en misiones de paz en países donde la ONU recaba la presencia española.

Tras 170 años de existencia, la Guardia Civil es una Institución que aspira a servir a su ciudadanos desde la modernidad que demandan los nuevos tiempos, pero manteniendo intactas las tradicionales virtudes que han adornado su trabajo cotidiano a lo largo de todo este tiempo.

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