Se pasaron tres horas en el Congreso defendiendo la chorrada. Zapatero y
Chacón. Que no, que nuestras tropas no fueron enviadas a la guerra de
Afganistán porque en Afganistán no había guerra por ninguna parte. Que a
lo sumo, un conflicto bélico. Y Llamazares
asentía desde su escaño, porque su finura semántica coincidía con la de
sus primos hermanos del Gobierno socialista. Una cosa es una guerra y
otra muy diferente «un conflicto bélico», faltaría más. Es decir, que
una cosa es fornicar y otra muy distinta, proceder
a la fornicación. En el lenguaje «buenista» la voz «guerra» está
prohibida, y ha sido sustituida por esa figura estúpida del «conflicto
bélico», que es una manera de gastar más saliva para pronunciar
«guerra».
Las Fuerzas Armadas se mantienen en el más alto nivel de efectividad con
un presupuesto ridículo. Rubalcaba quiere reducirlo aún más. Y la razón
es muy sencilla. Los militares conforman una de las instituciones más
valoradas por los españoles. Se la están jugando
dando la cara y su sangre por todos nosotros, a cambio de un sueldo
humilde y un ejemplar desapego a las riquezas materiales. Representan a
España con honor, y ese concepto, el de España, molesta sobremanera a
las izquierdas, por mucho que algunos disimulen
la molestia.
Nuestros soldados combaten, son heridos y mueren. Están en una guerra
contra los talibanes afganos, lejos de España, olvidados por casi todos,
cumpliendo con su deber y recibiendo, sólo de cuando en cuando, una
compensación anímica, que nunca material. La compensación
de la gratitud. Eso, la gratitud, es lo que hoy pretendo manifestar.
Como español, como ciudadano de una nación libre y comprometida contra
la ferocidad terrorista. No me confundo. Libramos, con otras Fuerzas
internacionales, una guerra contra los talibanes,
que es lo mismo que un conflicto bélico, digan lo que digan los chorras
salientes.
Y en las guerras disparas y te disparan, hieres y te hieren, matas y te
matan. Todo eso lo hacen nuestros militares en la lejanía y en
silencio. Hoy he leído y releído la crónica de Diego Mazón. El
legionario herido en el cuello que pidió mantenerse en su
puesto. Su teniente que abandona su posición para atenderlo y le corta
la hemorragia. Sus compañeros de sección que mantienen la posición con
heroísmo. Eso, que aparece en las películas y que es la vida real y
cotidiana de nuestros soldados. Gracias a todos
ellos. Se lee en «El Legionario» el libreto fundacional de la Legión, y
es válido para todos los militares de Tierra, Mar y Aire. «Desprecio al
dinero». Amor a España. Todo por ella y por su gloria y por sus gentes.
Desprecio al dinero. Si la muerte llega,
que sea defendiéndola. No por intereses, sino por amor. Desprecio al
dinero. En una sociedad sacudida por una corrupción insoportable , por
la avaricia económica, por la apropiación del dinero de todos, por el
robo de nuestros impuestos, por el derroche absurdo
de la riqueza pública –Rubalcaba quiere rebajar el presupuesto de
nuestras Fuerzas Armadas, ya escuálido–, emociona y alienta la esperanza
saber que hay españoles capaces de morir, no sólo por España, sino por
todos los sinvergüenzas desagradecidos que los
desprecian, los humillan y los vejan. Para ellos no hay distingos entre
unos españoles y otros. Todos lo somos, y todos, por ello, merecemos
sus sacrificios.
Infinita gratitud a nuestros militares. Profunda y emocionada.
Alfonso Ussía
1 comentario :
Ya sabemos lo que hace el socialismo cuando está en el poder: utiliza al Ejército y a la Policía en su interés particular.
Los nazis con la Gestapo, Stalin, Cuba, Corea del Norte,...
Estos sociatas van de demócratas pero son basura. No llaman a las cosas por su nombre.
Ahora volverán a la cantinela de OTAN NO, BASES FUERA cuando la Chacona tuvo la cara dura de organizar una cumbre en Valencia hace dos o tres años.
No me lo moderes porque son verdades como puños.
Manuel.
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