28 dic 2008

United States Secret Service


Es el mayor honor al que puede aspirar un agente del orden en Estados Unidos: proteger al presidente de la nación.

El requisito imprescindible es la disposición a morir por el hombre al que defienden y su habilidad principal, colocar una bala en el ojo de un objetivo desde unos 1.000 metros de distancia. Una sola bala que puede salvar la vida del mandatario más poderoso del mundo.

El Servicio Secreto es un cuerpo de elite, dependiente del Departamento del Tesoro, formado en 1865 para luchar contra los falsificadores de dólares y que desde hace 100 años tiene
como misión principal proteger al presidente, a su familia y a los dignatarios que visitan Estados Unidos. El reciente incidente en la Casa Blanca en el que Robert Pickett, un contable maniacodepresivo y en paro, fue herido por un agente de este cuerpo ante las rejas de los jardines de la mansión presidencial ha permitido conocer la forma en la que actúan estos policías cuyo lema es "Preparados para lo peor, esperamos lo mejor". Cuando George Bush está en la Casa Blanca, unos 30 hombres de paisano le acompañan en cada momento y otros 100 vigilan exterior uniformados y mezclándose con los turistas que toman fotografías de la famosa vivienda. Estos hombres (la mayoría de los 3.500 miembros del Servicio Secreto son varones, aunque hay un 10% de mujeres), son muy aficionados a hablar en jerga y a utilizar siglas cuando dan y reciben órdenes a través de las radios que llevan en la muñeca y en el oído.

NOMBRE CLAVE, POTUS. con esas siglas se refieren al presidente de estados unidos
los agentes de seguridad que le protegen. Su lema es "preparados para lo peor,
esperamos lo mejor" Bush tiene el nombre clave de POTUS, (President of the United States) y sus actividades en el 1600 de Pensilvania Avenue, donde tiene su sede la presidencia de Estados Unidos, están supervisadas en una sala secreta y blindada de la mansión
denominada JOC (Joint Operation Center, Centro Conjunto de Operaciones). En esta sala hay dos docenas de cámaras que vigilan las poco más de siete hectáreas del centro de Washington
donde está la Casa Blanca, un edificio por donde pasan al año dos millones de turistas y que recibe unas 40.000 visitas de personas relacionadas con la actividad del Gobierno. Las cámaras cubren, en el exterior, la verja de tres metros y medio desde la calle E hasta la de Pensilvania, de norte a sur y de este a oeste; en el interior del edificio, las oficinas que dan al Despacho Oval (donde hay permanentemente apostados dos agentes uniformados), los
pasillos y las dependencias por donde se mueve Bush. Todas excepto las habitaciones privadas. Hillary y Bill Clinton tuvieron muchos problemas para adaptarse a la vida en la Casa Blanca y a la presencia constante de los miembros del Servicio Secreto. Los Clinton desconfiaban de ellos y, al principio de su mandato, les acusaron de ser la fuente de algunas informaciones que revelaron que el matrimonio presidencial se tiraba los trastos a la cabeza y regañaba a voces en sus habitaciones privadas. Un sueldo de 16 millones. Cada año, unos 5.000 candidatos (la mayoría policías locales, de agencias federales y militares), presentan su solicitud para entrar en el Servicio Secreto y, después de un duro entrenamiento, análisis psicológicos y una completa revisión de sus antecedentes y su historial, sólo un 2% es contratado. Los agentes comienzan a trabajar con un sueldo de unos 25.000 dólares (casi cuatro millones y medio de pesetas) y son destinados a alguna de las 120 oficinas que tiene este cuerpo policial en todo el país. La mayoría inicia su trabajo especializándose en la persecución de los falsificadores de la divisa estadounidense para, después de siete años de servicio, poder optar a la PPD (Presidential Protection Division, la División de Protección Presidencial), los hombres que están más cerca del presidente. Uno de estos protectores gana, con las horas extras requeridas para estar siempre junto a POTUS, unos 90.000 dólares al año, es decir, más de 16 millones de pesetas.

Cada agente lleva un arma de 9 milímetros y los miembros del CAT, (Counter-Attack Team, Equipo de Respuesta Inmediata) están dotados de un fusil ametralladora MP5, gases lacrimógenos y un cuchillo de guerra. Esta unidad cuenta también con misiles de hombro, capaces de destruir un avión que se aproximase peligrosamente a la Casa Blanca, desde la muerte de un piloto que el 12 de septiembre de 1994 chocó la avioneta Cesna que había robado contra el edificio.

La unidad de francotiradores, la mejor que existe en Estados Unidos, superior incluso a la de los Marines, maneja un rifle especial hecho a la medida de cada usuario y con el que se puede disparar a 1.000 metros de distancia. Estos rifles, conocidos entre los agentes como JAR (Just Another Rifle, otro rifle cualquiera) están desenfundados y listos para disparar cada vez que el presidente se encuentra en los jardines o en el exterior de la Casa Blanca para jugar con sus perros, pasear hasta el helicóptero o dar unos pocos pasos hacia su limusina Cadillac presidencial. El coche con el que se mueve Bush es un Cadillac blindado del año 2001, cuyas características son secretas. La flota está compuesta por unos 40 vehículos que son trasladados a todos los sitios donde viaja, una semana antes de su llegada. El presidente lleva a su lado un PD (Presidential Detail, destacamento residencial) de unos 20 agentes que están pegados a él. El más próximo es el guardaespaldas principal, que con un ligero toque en la espalda dirige cada paso que da Bush. En caso de un intento de agresión, su misión es "cubrir y evacuar", y para ello los agentes se entrenan en unas instalaciones en Virginia, cerca de Washington, en operaciones de AOP (Attack on a Principal, ataque contra una personalidad). Si se produjese un atentado, cinco agentes sacarían al presidente del lugar, lanzándolo contra su coche, tapándolo con las gabardinas dotadas de un refuerzo antibalas o cruzándose en la trayectoria de los proyectiles. Dos componentes del destacamento presidencial son especialistas en primeros auxilios y su labor es atender a un posible compañero herido. Otros tres agentes deben lanzarse contra el agresor, reducirle y, si es necesario, dispararle. Inmediatamente, la unidad CAT, los hombres vestidos con trajes, gorros y botas negras, entraría en funcionamiento. Sus fusiles ametralladores estarán listos para repeler un ataque por varios frentes.


Por felipe cuna

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