Los Artefactos Explosivos Improvisados (IED) siguen siendo una de las mayores amenazas para las tropas españolas desplegadas en Afganistán.
Para mejorar la capacidad en esta particular lucha, el Ejército adquirió, a finales del año pasado, tres sistemas Husky —cada uno compuesto por dos vehículos—, dos de los cuales fueron enviados al país asiático en los últimos días del mes de diciembre.
A ellos se han unido, en enero, los conductores/operadores del Batallón de Zapadores de la Brigada de Infantería Ligera (BRILAT) “Galicia” VII, que completaron su formación en territorio nacional; primero, en el Parque y Centro de Mantenimiento de Material de Ingenieros y, después, en otro curso en el campo de maniobras “El Goloso”. En este último se les unieron cuatro suboficiales del Regimiento de Ingenieros (RING) nº 1.
Todos recorrieron el circuito de IED simulados del que dispone la base, donde se habían ocultado un plato de presión, un proyectil de 105 mm enterrado verticalmente, otro de 155 mm y una garrafa rellena con explosivo.
Los conductores, todos ellos poseedores de algún carné especial de vehículo militar, coincidieron en señalar que el manejo del Husky es muy sencillo e intuitivo; los operadores, en cambio, lo tienen más complicado, porque aprender a interpretar las imágenes que muestra la pantalla, e identificar si se trata o no de una amenaza, lleva más tiempo. Por eso, una vez desplegados continuarán realizando prácticas para estar lo mejor preparados posible el día que les toque salir en su primer convoy.
Por su parte, los suboficiales del Regimiento de Ingenieros nº 1 completarán su preparación con otro curso que les permitirá convertirse en formador de formadores, para instruir al resto de las unidades. La previsión es que el sistema que no se ha enviado a zona vaya a esta unidad burgalesa
y se destine a este fin.
También el personal técnico ha recibido la capacitación para hacer el mantenimiento del sistema con personal de la empresa fabricante —CSI, en el caso del vehículo, y Niitek, en el del radar—; estos continuarán prestando apoyo in situ en zona de operaciones.
¿Piedras , metales o explosivos?
El Husky es un vehículo con blindaje de placas de cerámica, chasis en forma de V y que está dotado de un radar en su parte delantera para detectar las variaciones de densidad en el terreno y reflejarlas en distintas vistas en la pantalla del ordenador que el operador tiene delante; además permite grabar varios kilómetros de recorrido, algo muy útil para comparar si se han producido cambios en una ruta. A la vez, es un sistema dual, porque incorpora un detector electromagnético como el de uso manual de los Equipos de Reconocimiento (EOR).
Cuando el radar detecta una alteración sospechosa, emite un pitido y señala la zona disparando pintura por unos conductos situados junto a cada una de las placas del radar; son cuatro en total y pueden sustituirse de forma independiente, en el caso de que alguna resulte dañada. Asimismo, el vehículo está dividido en tres partes —un chasis delantero, otro trasero y el bloque central, donde está la cabina para la tripulación— que son relativamente fáciles de desmontar y volver a ensamblar.
Otros países como Australia, Canadá, Estados Unidos o Kenia cuentan con este sistema. Los estadounidenses los tienen desplegados en Afganistán desde 2009. El de España es el único modelo que incorpora dos tripulantes en la cabina, una petición de diseño que permite a conductor y operador concentrarse cada uno en su tarea.
Fuente: Boletín informativo del Ejército español.
No hay comentarios :
Publicar un comentario